Trofa, mi vuelta a lusitania.

Hacía ya tiempo que no iba a visitar a minha amada Lusitania, así que aprovechando la feria anual da Trofa me decidí a ir.

Al llegar allí me di cuenta de que todo había cambiado, parecía que me sentía un poco fuera de lugar, como si todo aquello ya no fuese conmigo. Pero pronto cambió el cuento de Caperucita y me metí en aquel escenario lleno de lobos.

Visité el stand de mi gran amigo Petejo y tras darles un abrazo me fui a ver los modelos e andamentos de potros de dos años. Al finalizar la prueba me di cuenta de lo grande que pueden ser los sueños, viendo coudelarias solventes con productos mediocres y a coudelarias humildes con potros extraordinarios...afortunadamente en el mundo del caballo no sólo manda el dinero, también cuenta la ilusión, las ganas, el esfuerzo y la dedicación. La suerte no llega sola, hay que ir a por ella.

Coudelaria Petejo, segundo y tercer clasificado potros de dos años.

　

Abandoné tierras lusas pronto aunque me invitaron a pasar la noche con ellos, su guitarra, su fiesta y su vinho verde...pero en Espanha los caballos de su país me esperaban. Otro año será.

Pronto, muy pronto y más pronto que tarde los gladiadores de la Vacada se enfrentarán en la arena con la sangre de Spartacus, y para entonces, que Dios reparta suerte. (El aficionado sabe de que hablo).

De mi visita me llevo la frase de mi amigo Petejo al despedirse......

Quando a esmola e gorda, hasta o santo desconfía.

Buenas noches España, boa noite Portugal.